lunes, 25 de febrero de 2013

Increíbles sin acierto

El viernes pasado, la nueva entrega del programa Increíbles de Antena 3 perdió seguimiento ante una imprescindible entrevista a la sobrina de el expresidente Aznar, conocida por grandes aportaciones a este país en crisis como hacer una portada de Interviú o... Bueno, algo bueno habrá hecho la moceta. Seguro.
El caso es que la audiencia de Increíbles perdió interés en su tercera semana, bajando hasta los 2.299.000 seguidores (12,4% de share). 

¿Por qué? Dinos Sobera, ¿por qué? ¿Por qué no acudimos en masa ante tu invitación?



Puede que sea, que ya no arqueas las cejas lo suficiente, Carlos. Pero puede haber más razones. Algo más tiene que haber, porque si Pedro puede recordar la posición final de pies y manos de 10 bailarines montados en una estructura con barras de 10 colores diferentes... ¡es fantástico! ¡Una proeza! ¿Quién no se interesaría por algo así?


El problema es que yo conozco a un tipo, (también llamado Pedro, no sé si será el mismo), que memorizó un diccionario. Sí, sí, no me lo invento.


Corrían los finales de los 90, deduzco porque aparece Antonia Dell'Atte, que fue co-presentadora durante la temporada 98-99 (antes había presentado Ana Obregón, cómo olvidarla). Hace tantos años, pero ya teníamos un Increíbles en televisión. Ya estaba inventado. Y además, acababa con una buena ducha. Sí, era novedoso en aquel entonces. Pero ya no lo es. Demasiados talent shows que han aportado una vuelta de tuerca. Increíbles llega a resultar lento. Parece más un programa útil para los zapping que algo que se quiera uno tragar de principio a fin.

Quizá, otra razón que ha hecho que Increíbles se desinfle en su tercera semana de emisión es simplemente... la envidia, ese pecado capital por excelencia español. ¡No nos gustan los listos! La gente habilidosa nos molesta en pantalla. Yo no pongo la tele para ver que un tipo me da mil vueltas en todo. NO. Yo quiero entretenerme, alejarme un ratito de la realidad. A lo mejor es eso: no nos gusta ver gente más inteligente que nosotros en la televisión. Y por eso vemos Sálvame con tanto fervor. Porque por mucho que se hagan test de inteligencia, y algunos demuestren ser superdotados, uno no puede dejar de sentirse un poquito superior que ellos ante algo tan básico. O al menos uno se siente entre iguales. 

Por favor, como el de 131 sea Andreíta van a pensar que no es hija mía....

¡Sí! ¡Reconocedlo! ¡Queremos sentirnos mejooooor! ¡Por eso vemos Gandía Shoooore! Y nos da igual que un tipo gane al Cubo en Cuatro, o que otro consiga proezas en menos de un minuto en el mismo canal. Noooo, nosotros queremos ver quién se casa con el hijo de quién. 

Poniéndonos serios de nuevo, en el fondo de esta cuestión puede haber algo tan sencillo como lo que denominaré "la interacción con la pantalla". Los concursos que triunfan, en general tienen en común esa interacción pantalla-espectador. Podemos participar, no somos meros observadores. No tenemos que esperar a que alguien consiga su propósito. Independientemente de si lo hace o no, nosotros podemos participar en el proceso. Contestando preguntas, adivinando letreros. Por eso van bien Atrapa un millón o Ahora Caigo

Sobera tendrá más pasta, pero mis trampillas son más grandes

No, no basta con un presentador simpático para lograr el éxito. Si el espectador se siente apartado, el concurso puede no funcionar. Después de todo, es entretenimiento para el espectador. El protagonista-concursante es una herramienta para ese fin de entretener. ¿Al público de plató? No: al espectador de casa. Porque para simplemente observar hay otros géneros, que en el pasado, allá cuando ¿Qué apostamos? no saturaban la parrilla, pero ahora sí. Tenemos hasta dos canales dedicados por entero al factual entertainment. Si ese es el motivo real, quizá por eso hasta Tú sí que vales está perdiendo fuelle el domingo en Telecinco. Para que un concurso en el que no se pueda participar no resulte aburrido, hace falta que aporte algo más, vease, famosos en Tu cara me suena o morbo en Gran Hermano (que no deja de ser un concurso en el que sólo podemos observar qué pasa), pero sobre todo, eso: novedad.

Ojo, como siempre, esto es la tele, impredecible. Puede que simplemente haya sido casualidad, y los datos remonten la próxima semana, por supuesto. O quizá, hemos dado con la tendencia que seguirán los concursos en las próximas temporadas. Si es así, auguro buen futuro para Letris, aunque lo más inteligente no sea competir con lo que mejor funciona de tu segundo canal, Saber y Ganar. Sea como fuere, el domingo, puede que tengamos una pista más.