sábado, 23 de marzo de 2013

Las chicas de hace 2 décadas

Por todos es sabido que TVE no anda muy holgada estos días, y que todo lo que pueda ayudar a ahorrar costes o recuperar eurillos perdidos es más que bienvenido en su abanico de canales. 

El penoso estado de Peppa Pig tras los recortes


No obstante, me pregunto: ¿hay una límite que poner a esta nueva línea austera que atraviesa el canal público? Porque dice el sentido común, que tendrá que seguir ofreciendo todo lo que suponga un interés general, y podrá prescindir de aquello superfluo y que... vamos: que no interese a nadie. 

Hace semanas que me viene inquietando una serie que La 2 ha recuperado, y que ha estado emitiendo en el access prime time (la franja de tiempo que va antes del momento del día en que se concentra más audiencia ante el televisor, y que sirve para arrastrar público hacia ese horario estelar). El resto de cadenas están concentrando sus esfuerzos porque haya programas entretenidos en este lugar emplazados, y así lograr el éxito en el Prime Time: Antena 3 ofrece El Hormiguero, La Sexta está obteniendo grandes éxitos con El Intermedio, y Cuatro acertó, aunque ahora esté ya cayendo con Lo sabe no lo sabe. La 2 lleva mucho tiempo ofreciendo series en este hueco de la parrilla: Frasier, Matrimonio con hijos... Bueno, pues la última serie elegida ha sido Las chicas de hoy en día

Este doloroso Sexo en Nueva York español de unas modernas chicas de provincia que llegan a la gran ciudad en busca del éxito como actrices, lo hemos podido disfrutar durante las últimas pasadas semanas. No es que insinúe que una serie no tenga derecho a ser mostrada nunca más. Sin ir más lejos, mira qué bien han aprovechado la maltratada Los misterios de Laura en la tarde. No diré yo que ninguna obra audiovisual, con el esfuerzo que implica, deba ser mostrada una vez y guardada en un cajón para siempre. Pero no creo que sea pertinente mostrar algo tan desfasado y machista en los tiempos que corren.

Vamos a ver si triunfo yo también en la ciudad esta. ¡Agárrate Madrid!

Partiré del topicazo de que el personaje de Nuri, de Barcelona, sea sofisticada, culta y refinada, y Charo, de Sevilla sea alegre e impulsiva. A lo mejor a principios de los 90 resultaba gracioso, pero creo que el chiste de la andaluza salá debió morir cuando acabó Médico de familia. Títulos de episodios como Las chicas de hoy en día y las violaciones, Las chicas de hoy en día y las dietas, han dejado datos inferiores al 1%... llegando incluso al 0,3% en algún episodio. Y para más INRI, han tenido la desfachatez de poner al espacio de emisión de las serie: la hora vintage. Como si vintage fuera cualquier cosa vieja pasada de rosca. La serie no tiene para este momento ni la calidad que se espera de una televisión pagada por todos, ni es necesaria. ¿No se supone que ya hay igualdad? (Me río). Entonces, ¿por que alguna cabecita pensante ha llegado a la conclusión de que es buena idea programar una serie que muestra a unas chicas súper progres y feministas de los años 90? Insultante. Será que todavía hay mucho director de cadena que piensa que cualquier tiempo pasado fue mejor.


Parece ser que ya la han retirado, no estoy segura, pero me parece alucinante que tengan tan poco orgullo de mantenerla tanto tiempo sin avergonzarse de las cifras que lanzan, y que no les haga reflexionar su gestión. Error haber traído de vuelta a la que en su día fue portada de la revista TP (cuando ésta costaba 65 pesetas), al salvaje mundo de la competencia por las audiencias, en un momento en el que el espectador es cada vez más exigente y busca calidad. Algún día opinaré de lo mal gestionada que tienen La 2, un canal con gran potencial y con unos datos de audiencia indignos para un país con una cultura tan rica como la nuestra. Pero sobre eso, despotricaré otro día. 

miércoles, 6 de marzo de 2013

Cómo perder 8 millones de espectadores por el camino y no morir en el intento


Que la televisión más veterana de nuestro país cometa el error tan tonto que cometió ayer TVE es como para llorar. Tenía entre manos un partido muy apetitoso, que seguro que iba a dar una gran audiencia: el clasificatorio de Champions entre el Real Madrid y el Manchester United.
Ya en el previo al partido, comenzó a concentrarse un gran número de personas en el primer canal. Cerca de 4 millones y medio de espectadores, un 26,3% de share. Esta audiencia es digna de los programas más destacados, de las series más vistas. Comenzó el partido, y en este tiempo, nada más y nada menos que 9.785.000 espectadores estaban frente a la pantalla, lo que supone un estupendo 45,4%. ¡Casi se acercan a que la mitad de la gente ante el televisor les estuviera viendo! Y final del partido. Normalmente, se da una gran fuga de personas en este momento, pero sólo eran las 22:30, aún pronto para que muchos se retiren a la cama. Poco más de un millón de personas abandonaron a La 1. El post del partido mantuvo 8.758.000 espectadores y un maravilloso 38,2%.

¡Qué gran oportunidad para arrastrar una audiencia de escándalo para el late night! Sólo había un reto, y es que los martes, está programado el espacio Clásicos de La 1. Tan sólo eso había que respetar. Bueno, pensemos. Simplificando mucho, si la mayoría de espectadores ante un partido son hombres, y en La Sexta están emitiendo películas de acción... ¡Retengámoslos con algo que impida que cambien a ese canal! Y TVE programó... El Conde de Montecristo.

¿EN SERIOOOOO? UFFFFFFFFF

No, no, espera Cristiano, no flipes todavía. No me refiero a ESTE Conde de Montecristo con Gérard Depardieu, que al menos está de moda por sus polémicas. Mucho mejor, una película italiana realizada en 1975 para televisión. ESTE Conde de Montecristo, aunque seguro que hizo las delicias de los más apasionados de los clásicos, consiguió bajar hasta un pobre 10,1%. Un total de 1.890.000 valientes que aguantaron el chaparrón. Tras la emisión de esta obra, intentaron enmendar su error, se acordaron de todos aquellos espectadores que seguramente habían estado pendientes del fútbol, y decidieron hacer un repaso a cómo va la Champions. Pero ya nadie estaba ahí. Sólo a un 4,3% de la audiencia le resultaba ya de interés el fútbol. Normal, se habían ido todos a la cama aburridos como ostras. Una persona que se ha quedado viendo ese film, no puede ser el mismo espectador que ahora quiere un resumen futbolero.

La audiencia no quiso premiar a la cadena, y con la emisión de Destino España: Cataluña, el share bajó un poco más, hasta el 3,1%. 
Decisiones sin sentido para una cadena que en estos momentos, se juega en comparación, bastante más que lo que se jugaba ayer el Madrid. Eso sí, en calidad, fueron líderes seguro, querido Somoano.

sábado, 2 de marzo de 2013

Enajenado España

El amante del cine sabe valorar grandes títulos de la Historia del cine, como El Padrino o Casablanca, pero eso no quita para que haya visto Grease o Dos tontos muy tontos. Tampoco un crítico de cine recogería firmas para que Hollywood deje de producir blockbusters y se dedique al cine de culto.
Volviendo a mi ámbito, como todo amante de la televisión, sueño con una programación que eduque, que aporte valores y que haga un mundo mejor. Pero también defiendo la validez de entretener por entretener, el contenido vacío de algunos programas.

Lo bueno que tiene la tele, es que no te obliga a tragarte un contenido entero si no está gustándote. Que te aburre... zaspa, cambio. Que te resulta ofensivo... zaspa. Que no te parece adecuado para tus hijos... zaspa, y niño vete a hacer los deberes. 

Ante tan amplia oferta de documentales culturales, no sé qué elegir.

Por supuesto, el hecho de que podamos elegir no quita hierro al hecho de que la mayoría de contenidos emitidos en televisión no aporten nada de calidad y sean una pura estrategia comercial para ganar audiencia fácil. Bueno, sí, una pena, pero exceptuando TVE, el resto de canales son, eso: comerciales. Y por tanto libres de elegir su modelo de negocio y la imagen que con su programación quieren dar. Triste, pero justificado.

El problema viene, cuando uno no puede controlar la influencia que la televisión tiene sobre la sociedad. Cuando uno no es suficientemente maduro para distinguir el momento de ocio de la vida real. Cuando alguien deja de saber estar, cuando no sabe diferenciar entre lo que es adecuado y lo que no es... y nadie le para.
El escándalo llegó esta semana con la chiquillada de un quinceañero que pensó que el resto de jóvenes de Europa también están a nuestro nivel, y decidió imitar a Ylenia de Gandía Shore en el Parlamento Europeo de los Jóvenes. 


Antes de seguir comentando el suceso, y ya que se trata de menores, un tema delicado, me parece justo adjuntar el comunicado del instituto donde se justifica la intervención. En él se protege al chaval diciendo que todo se ha sacado de contexto, pues era una presentación informal entre los estudiantes, que la intervención real vino después, donde todo se hizo como es debido y que hasta recibieron felicitaciones. 

Al margen de si el nivel de inglés deja mucho que desear o no, lo que me da miedo es pensar que estos chicos están viendo programas de este tipo, sin que nadie les hable de hasta dónde uno puede llegar. Adolescentes de 15 años están adquiriendo la impresión de que beber hasta reventar, que salir de fiesta sin asumir las responsabilidades de un trabajo está bien. Y la escuela defiende el gesto como una chiquillada, sin darse cuenta de todo lo que hay implícito. La televisión no tiene por qué cumplir un papel de herramienta educativa, pero un instituto sí. España tiene un consumo medio de televisión de 272 minutos al día. Si eso es normal, apaga y vámonos. Si un estudiante de esa edad debería dormir 8 horas diarias, pasa otras 8 en el instituto, eso deja, descontando el consumo televisivo, entre tres y cuatro horas para que estudie, haga deporte y socialice. Mala media.

No olvidemos cuidarnos de lo malo. Que esté ahí, no quiere decir que tengamos que rendirnos a ello sin deliberar sobre si lo que hemos visto es transportable a la vida real. No dejemos de proteger a los que aún no saben discernir sin ayuda sobre estas cuestiones. Por lo que a mí respecta, el chaval no merece todos los insultos públicos que se le están haciendo. Simplemente necesita que le castiguen sin ver la televisión una temporada, hasta que le entre uso de razón. A él, o a los que le deberían haber explicado dónde se cruza la línea.

Slrpppppppppppppppppppppppppppppp