domingo, 13 de octubre de 2013

Más programas que se cocinan

Esta semana, al margen de noticias de compras y nuevos formatos que nos llegaban desde el MIPCOM, nos hacíamos eco en nuestro país, de algunos proyectos que se están preparando. Una de esas noticias, hacía ver que la moda de programas de temática culinaria, aún no ha pasado. Con Top Chef recientemente estrenado en Antena 3, y a la espera del regreso de MasterChef a TVE o Pesadilla en la Cocina a La Sexta, ya sólo Mediaset quedaba sin un formato similar. Y parece que ya se ha decidido por uno, pero queriendo alejarse de complicados menús, pasará directamente al postre, y lo hará en Cuatro.
Deja sitio para el postre, tendrá a Paco Torreblanca a la cabeza, y el casting ya está en marcha.  

Sabía que "a la postre" acabarían dándome un programa.

Con este formato en camino, puede que sigan apareciendo variantes de esta temática y nunca se sabe hasta dónde llegará la innovación en este terreno. No obstante, ya que esto no se puede predecir con exactitud, y todo depende del desgaste que sufran en las próximas temporadas, prefiero dedicarme a rescatar y recomendar algunos programas que (al menos así me consta) son inéditos en nuestro país para aquellos que no hayan "saciado su hambre" de este tipo de contenido. 

El primero de ellos, que tuve ocasión de descubrir en su país de origen, y que me enganchó muchísimo en aquel año fue Heston's Feasts de Channel 4. En cada episodio de este este programa que contó con dos temporadas, el chef británico Heston Blumenthal preparaba para varios comensales un menú completo basado en una temática concreta o en una época diferente. Y para conseguirlo, no dudaba en salir de la cocina y experimentar a lo grande para crear un menú único. En su episodio del festín medieval, recurre al horno de un artesano de macetas para cocinar su tarta gigante.


Además, una de las características que más adictivas me parecían del programa fue ver cómo su imaginación le hacía preparar creaciones casi increíbles. En el episodio dedicado a los años 60, por ejemplo, la fuente que ideó en honor a Willy Wonka me dejó maravillada.


Sin duda, no me hubiera importado nada haber sido uno de sus comensales en cualquiera de los episodios, desde el ambientado en la época Victoriana, el de la Edad Media, la Antigua Roma, o incluso el basado en Alicia en el País de las Maravillas. 

Proponed un reto, que me lo guiso y me lo como.

Cambiando de género, pero sin abandonar los fogones, Telecinco pronto traerá una nueva serie con Santi Millán, que según palabras de la cadena "girará en torno a las peripecias de un reputado chef de alta cocina que se enfrenta al reto de salvar de la ruina un desastroso chiringuito de playa". Puede que El Chiringuito, como se conocerá esta serie, acierte al proponer una trama de una temática muy a la orden del día. Si por el contrario, no funciona bien en audiencias, quizá pueda reinventarse y convertirse en un musical para levantarlas.
En realidad, tal cosa, ya está inventada. La serie drama-musical The Music Kitchen se desarrolla en un restaurante en el que sus trabajadores, llevan a cabo su trabajo entre canciones actuales. En este vídeo de Vimeo podéis ver una promo de esta serie emitida en varios países de Asia.  

Así preparo yo el bakalao.

Y con esto, me despido invitándoos a conocer estos programas, o si lo preferís, a dar ritmo a vuestros platos con el tradicional libro de cocina. 

viernes, 13 de septiembre de 2013

En sus trece

Como hoy es día viernes 13, dedicaré mi post a...


Eso sí que da miedo, un logo amarillo y con un 13. ¡Qué desafío al mal agüero!

Pues no, no voy a hablar de cine. Hablaré de la televisión que luce dicho número.
Y es que la televisión católica se ha reinventado y esta temporada trae una fresca y renovada parrilla. 

Está bien querer ofrecer una programación más amplia, llegar a más gente y querer crecer. Pero en mi opinión, 13 TV se confunde en algunos puntos con su nueva oferta. Es como si de pronto, le hubiesen entrado aspiraciones de ser una televisión grande. Ha olvidado lo más importante: quién es su público objetivo, ese que lleva tiempo dándole una media de 1,3%, muy digna para un canal TDT. Porque eso es lo que es, un canal de la TDT, un canal temático, y su temática se ve ahora un tanto diluida tras el acuerdo con FOX

El público, no olvida fácil la ideología de los canales, y alguien no afín a 13 TV, no se va a poner a verla pese a que cuente con Encarcelados en el extranjero. Seguramente, ese público que mira con recelo al canal del 13, prefiera ver Encarcelados en La Sexta, no vaya a ser que se le pegue algo de lo otro. Esto es España, y somos así de tajantes (o llámese intolerancia). Emita lo que emita, si el canal no es del agrado del espectador, va a tener que hacer un lavado (o camuflado) de imagen para que se le vuelva a dar una oportunidad. Por supuesto, son generalizaciones, y no todo son extremos. 

Por ejemplo, una acción que quizá vaya a funcionarles mejor, es la emisión los fines de semana de programación del canal Baby Tv. Competirán por captar al público infantil (o a sus padres) con programas para un sector, que cierto es, no está suficientemente cubierto. 

Pese a mi aspecto dulce, puedo provocar un tsunami al otro lado del mundo.

Salvo esta novedosa propuesta, que me parece adecuada para el canal, y con la que puede resultar una pequeña amenaza a las franjas pre-school de Clan y Boing, no me parece tan acertado el resto de géneros y programas con los que intentará destacar. Será competencia de factual entertainment contra canales ya consolidados en ello, marcas, como Discovery Max, Xplora o Energy en cierta medida. 

Por otro lado, lo que me parece el sacrilegio último es la emisión del espacio de cocina 30 minutos con Jamie Oliver, supongo para atraer un perfil más joven y femenino al canal. No sólo me parece absurdo que se queden con un programa de un británico que cocina (y muy bien, por cierto) para emitirlo para un público profundamente español y de la edad de mis abuelos aproximadamente. Me imagino a una abuela de 70 años preguntándose quién carajos es ese rubio y cuestionando sus modos de cocina sana, y preguntándose por qué racanea tanto con el azaite. Que oye, lo mismo me equivoco, y también gusta a este perfil de telespectador. Si lo que pretendían es ampliar la franja de edad de sus televidentes, a mí en concreto, muy potencial espectadora de este producto, la han cagado a lo grande. Un fallo imperdonable: no se emite en dual. Un auténtico retraso. 

No sé por qué piensas lo contrario, la tercera edad me adora.

También competirán con documentales de National Geographic, de muy diversos géneros. No me parece mal en absoluto, pues pienso que el género documental divulgativo debería ser obligatorio en muchos canales, para ver si cambiamos un poquito el borreguismo generalizado de este nuestro (de momento) país. Pero en esto... ¿contra quién compite? ¿Contra La 2? Entiendo que luchen contra Intereconomía, lo más similar que hay, pero no sé por qué van a intentar ir contra todos, la verdad. 

Con todo esto, no quiero acusarles enteramente de perder de vista sus principios y que vayan a descuidar la cobertura de eventos religiosos. Seguro que en ello seguirán siendo una referencia. Pero ocupar más horas con otro tipo de programación, da como resultado una mezcla agridulce. Creo que es mejor competir en lo que eres el mejor, no pretender ser algo que no se es (un mal, por cierto, muy generalazido en nuestros canales con serios problemas de identidad). ¿Un ejemplo? Bravo por la propuesta Solidarios por el mundo, la enésima versión de Loquesea por el mundo, pero bien adaptado al canal. 


¿Inteligente estrategia, o abocada al fracaso? Ya se verá en los datos si funciona o no, pero así de partida me parece una fórmula dispersa y mal planteada, salvo como he dicho, en algunos de sus puntos. Una pérdida de identidad para el canal con pretensiones que le vienen grandes, y desde luego, poco original. 

No obstante, bienvenidos sean estos nuevos productos, por otro lado buenos e interesantes, y ¡les deseo buena suerte!

sábado, 11 de mayo de 2013

Educados reeducados: los deseducados del futuro

Son días convulsos para la política de nuestro país. Tras un año y medio de medidas para arreglar la nefasta herencia económica recibida, el partido en el poder da por cumplidas sus obligaciones, y llega ese momento que gobierne quien gobierne, siempre vivimos. Pese a tener mayores problemas en este país, las leyes de educación, aborto, y sanidad siempre se modifican para ponerlas a gusto de la ideología del que manda, sea beneficioso para el conjunto o no. 

Uno de estos campos eternamente zarandeados es la Educación, y sinceramente, aunque las otras no son menos importantes, ésta es la que más pena me da que se maltrate, porque es la única capaz de cambiar la situación de este país de mentalidad cuartomundista. Un país que en 2013 sigue dividido en dos únicas formas de pensar válidas, porque un lado y el otro llevan décadas riéndose de nosotros bajo la supuesta "la Democracia es esto". Vamos, que si Platón levantase la cabeza dudaría de haberse explicado correctamente, viendo el resultado.

- ¿A dónde vas con esa cuchara tan grande?
- Voy a casa de Platón.

Bueno, pues estos días, los de arriba trabajan en la Ley Wert, criticada hasta por su propio hermano (ay José Ignacio, ojalá hicieses caso a la familia)... Al margen de si es mejor o peor que el anterior sistema educativo (cosa que no sé juzgar, pues no tengo los conocimientos necesarios para ello), yo quiero llamar la atención sobre los resultados que tiene esta falta de consenso: el no hacer de una vez por todas una ley buena y luchar por ella de continuo. Y por supuesto, me lo llevo a mi ámbito.

Los resultados de cómo se educa a los niños y adolescentes pueden observarse en la sociedad. Lo que vemos en la tele es en parte reflejo de lo que hay ahí fuera. Lo que encontramos en la calle es lo que marca la tendencia de que unos programas u otros se pongan de moda; y las audiencias, muestras de lo que ocupa la mente de las personas en sus ratos libres (y de algunos, jóvenes en paro, en cualquier rato).

Comparar los programas más vistos por legislatura sería un ejercicio escalofriante. Ojo, que aquí una servidora es la primera que se los traga, pero vamos, que no me importaría para nada que en este país lo normal fuera que te echasen clásicos de la historia del cine, o documentales de ciencia con un 35% de share. Podría acostumbrarme a eso en vez de a ver cifras del 20% para Gran Hermano. 

No me imagino yo a mis padres en su época de niñez haciéndoles a mis abuelos las jugarretas de los niños de Supernanny. Tampoco me los imagino de adolescentes robándoles de la cartera 2.000 pesetas para porros. En algún momento la cosa iba bien. Queríamos salir adelante de una etapa oscura y falta de libertad, y ser un país chachi. ¿Qué pasó entre medio? El sinvergüencismo puro. La picaresca tradicional española, que seguía presente sin que lo supiéramos. 

El próximo Presidente del Gobierno.

Muchos son los peligros que conllevan las idas y venidas a las que sometemos a los escolares. Estudiantes que nunca acaban el sistema educativo tal como lo empezaron, pues cada 4-8 años vuelven a tener que adaptarse a unas nuevas formas de hacer. Cosas nimias como cambiar el temario de la asignatura Educación para la Ciudadanía, o Educación Cívica, o como cada uno le quiera llamar (lo mismo da, sigue siendo un arma política tanto de unos como de otros), son muestra de que más allá de formar personas, desde el Gobierno lo que les preocupa es que estos estudiantes no piensen en más que lo que a ellos les interesa. Ejemplo: al partido actual no le interesa que los niños acepten con normalidad la existencia en este mundo de homosexuales: lo quitamos del temario. Y un largo etc. que se podría criticar de un bando y de otro. Esto no es lo que deberían estar cambiando. 

Lo que sí deberían estar cambiando es a los niños de 13 años cuya mayor diversión es beber. Y por favor, ahórrense el típico comentario de que en Callejeros sólo sacan lo peor, porque eso lo veo yo todos los fines de semana en la puerta de mi casa, en Madrid, en Valencia y en Calvos de Randín.
Menores en Riesgo: un capítulo de Callejeros para morirse. Niñatos que se ríen al relatar sus comas etílicos, que saben más tipos de cócteles que elementos en la tabla periódica. Desde aquí un gran aplauso a los que trabajan para mejorar este tipo de situaciones, personas que realmente se preocupan por arreglar este mundo roto, dejando al margen sus ideologías. Tampoco queda lejos del horror la reposición que siguió a la emisión de ayer, un reportaje sobre universitarios que se prostituyen para pagarse una carrera. ¿Para qué? Si cobran con el sexo 1.500 euros semanales, y al acabar la carrera van a cobrar la mitad. Al final verán que no compensan unos estudios.

Conclusión. Pongan la Ley que pongan, será para reeducar lo educado, dando como resultado deseducados. Si alguien vislumbra un futuro mejor con esta forma de proceder, por favor, que me la diga. 

¡Hasta la próxima!

viernes, 5 de abril de 2013

De Canal Historia a Canal historia

Parece que la ESO, y otras acertadas leyes de educación pueden estar dando sus frutos.
Según la RAE, Historia es...

1. f. Narración y exposición de los acontecimientos pasados y dignos de memoria, sean públicos o privados.
2. f. Disciplina que estudia y narra estos sucesos.
4. f. Conjunto de los sucesos o hechos políticos, sociales, económicos, culturales, etc., de un pueblo o de una nación.

Es decir... Historia antes:

  

Y sin embargo... Historia ahora

Yo me sé la lista de los Reyes Godos palante, patrás, y sobre dos ruedas.

Ya es oficial. En la lucha por buscar audiencia: todo vale. Así parecen demostrarlo los nuevos protagonistas del canal Historia. Siguiendo la imparable moda del factual entertainment, llegan a nuestro país esta nueva apuesta sobre ruedas: Locos por los coches (Counting Cars). 


La serie, de momento cuenta con una temporada, pero ha sido renovada para una segunda que se estrenará en USA en la primavera de este año. En su estreno en USA, el pasado verano, fue todo un éxito para el canal, con más de 4,3 millones de espectadores.

Quizá, después de todo estamos sólo ante un cambio de acepción en el nombre del canal.. 

5. f. Conjunto de los acontecimientos ocurridos a alguien a lo largo de su vida o en un período de ella.

6. f. Relación de cualquier aventura o suceso. He aquí la historia de este negocio.
7. f. Narración inventada.



sábado, 23 de marzo de 2013

Las chicas de hace 2 décadas

Por todos es sabido que TVE no anda muy holgada estos días, y que todo lo que pueda ayudar a ahorrar costes o recuperar eurillos perdidos es más que bienvenido en su abanico de canales. 

El penoso estado de Peppa Pig tras los recortes


No obstante, me pregunto: ¿hay una límite que poner a esta nueva línea austera que atraviesa el canal público? Porque dice el sentido común, que tendrá que seguir ofreciendo todo lo que suponga un interés general, y podrá prescindir de aquello superfluo y que... vamos: que no interese a nadie. 

Hace semanas que me viene inquietando una serie que La 2 ha recuperado, y que ha estado emitiendo en el access prime time (la franja de tiempo que va antes del momento del día en que se concentra más audiencia ante el televisor, y que sirve para arrastrar público hacia ese horario estelar). El resto de cadenas están concentrando sus esfuerzos porque haya programas entretenidos en este lugar emplazados, y así lograr el éxito en el Prime Time: Antena 3 ofrece El Hormiguero, La Sexta está obteniendo grandes éxitos con El Intermedio, y Cuatro acertó, aunque ahora esté ya cayendo con Lo sabe no lo sabe. La 2 lleva mucho tiempo ofreciendo series en este hueco de la parrilla: Frasier, Matrimonio con hijos... Bueno, pues la última serie elegida ha sido Las chicas de hoy en día

Este doloroso Sexo en Nueva York español de unas modernas chicas de provincia que llegan a la gran ciudad en busca del éxito como actrices, lo hemos podido disfrutar durante las últimas pasadas semanas. No es que insinúe que una serie no tenga derecho a ser mostrada nunca más. Sin ir más lejos, mira qué bien han aprovechado la maltratada Los misterios de Laura en la tarde. No diré yo que ninguna obra audiovisual, con el esfuerzo que implica, deba ser mostrada una vez y guardada en un cajón para siempre. Pero no creo que sea pertinente mostrar algo tan desfasado y machista en los tiempos que corren.

Vamos a ver si triunfo yo también en la ciudad esta. ¡Agárrate Madrid!

Partiré del topicazo de que el personaje de Nuri, de Barcelona, sea sofisticada, culta y refinada, y Charo, de Sevilla sea alegre e impulsiva. A lo mejor a principios de los 90 resultaba gracioso, pero creo que el chiste de la andaluza salá debió morir cuando acabó Médico de familia. Títulos de episodios como Las chicas de hoy en día y las violaciones, Las chicas de hoy en día y las dietas, han dejado datos inferiores al 1%... llegando incluso al 0,3% en algún episodio. Y para más INRI, han tenido la desfachatez de poner al espacio de emisión de las serie: la hora vintage. Como si vintage fuera cualquier cosa vieja pasada de rosca. La serie no tiene para este momento ni la calidad que se espera de una televisión pagada por todos, ni es necesaria. ¿No se supone que ya hay igualdad? (Me río). Entonces, ¿por que alguna cabecita pensante ha llegado a la conclusión de que es buena idea programar una serie que muestra a unas chicas súper progres y feministas de los años 90? Insultante. Será que todavía hay mucho director de cadena que piensa que cualquier tiempo pasado fue mejor.


Parece ser que ya la han retirado, no estoy segura, pero me parece alucinante que tengan tan poco orgullo de mantenerla tanto tiempo sin avergonzarse de las cifras que lanzan, y que no les haga reflexionar su gestión. Error haber traído de vuelta a la que en su día fue portada de la revista TP (cuando ésta costaba 65 pesetas), al salvaje mundo de la competencia por las audiencias, en un momento en el que el espectador es cada vez más exigente y busca calidad. Algún día opinaré de lo mal gestionada que tienen La 2, un canal con gran potencial y con unos datos de audiencia indignos para un país con una cultura tan rica como la nuestra. Pero sobre eso, despotricaré otro día. 

miércoles, 6 de marzo de 2013

Cómo perder 8 millones de espectadores por el camino y no morir en el intento


Que la televisión más veterana de nuestro país cometa el error tan tonto que cometió ayer TVE es como para llorar. Tenía entre manos un partido muy apetitoso, que seguro que iba a dar una gran audiencia: el clasificatorio de Champions entre el Real Madrid y el Manchester United.
Ya en el previo al partido, comenzó a concentrarse un gran número de personas en el primer canal. Cerca de 4 millones y medio de espectadores, un 26,3% de share. Esta audiencia es digna de los programas más destacados, de las series más vistas. Comenzó el partido, y en este tiempo, nada más y nada menos que 9.785.000 espectadores estaban frente a la pantalla, lo que supone un estupendo 45,4%. ¡Casi se acercan a que la mitad de la gente ante el televisor les estuviera viendo! Y final del partido. Normalmente, se da una gran fuga de personas en este momento, pero sólo eran las 22:30, aún pronto para que muchos se retiren a la cama. Poco más de un millón de personas abandonaron a La 1. El post del partido mantuvo 8.758.000 espectadores y un maravilloso 38,2%.

¡Qué gran oportunidad para arrastrar una audiencia de escándalo para el late night! Sólo había un reto, y es que los martes, está programado el espacio Clásicos de La 1. Tan sólo eso había que respetar. Bueno, pensemos. Simplificando mucho, si la mayoría de espectadores ante un partido son hombres, y en La Sexta están emitiendo películas de acción... ¡Retengámoslos con algo que impida que cambien a ese canal! Y TVE programó... El Conde de Montecristo.

¿EN SERIOOOOO? UFFFFFFFFF

No, no, espera Cristiano, no flipes todavía. No me refiero a ESTE Conde de Montecristo con Gérard Depardieu, que al menos está de moda por sus polémicas. Mucho mejor, una película italiana realizada en 1975 para televisión. ESTE Conde de Montecristo, aunque seguro que hizo las delicias de los más apasionados de los clásicos, consiguió bajar hasta un pobre 10,1%. Un total de 1.890.000 valientes que aguantaron el chaparrón. Tras la emisión de esta obra, intentaron enmendar su error, se acordaron de todos aquellos espectadores que seguramente habían estado pendientes del fútbol, y decidieron hacer un repaso a cómo va la Champions. Pero ya nadie estaba ahí. Sólo a un 4,3% de la audiencia le resultaba ya de interés el fútbol. Normal, se habían ido todos a la cama aburridos como ostras. Una persona que se ha quedado viendo ese film, no puede ser el mismo espectador que ahora quiere un resumen futbolero.

La audiencia no quiso premiar a la cadena, y con la emisión de Destino España: Cataluña, el share bajó un poco más, hasta el 3,1%. 
Decisiones sin sentido para una cadena que en estos momentos, se juega en comparación, bastante más que lo que se jugaba ayer el Madrid. Eso sí, en calidad, fueron líderes seguro, querido Somoano.

sábado, 2 de marzo de 2013

Enajenado España

El amante del cine sabe valorar grandes títulos de la Historia del cine, como El Padrino o Casablanca, pero eso no quita para que haya visto Grease o Dos tontos muy tontos. Tampoco un crítico de cine recogería firmas para que Hollywood deje de producir blockbusters y se dedique al cine de culto.
Volviendo a mi ámbito, como todo amante de la televisión, sueño con una programación que eduque, que aporte valores y que haga un mundo mejor. Pero también defiendo la validez de entretener por entretener, el contenido vacío de algunos programas.

Lo bueno que tiene la tele, es que no te obliga a tragarte un contenido entero si no está gustándote. Que te aburre... zaspa, cambio. Que te resulta ofensivo... zaspa. Que no te parece adecuado para tus hijos... zaspa, y niño vete a hacer los deberes. 

Ante tan amplia oferta de documentales culturales, no sé qué elegir.

Por supuesto, el hecho de que podamos elegir no quita hierro al hecho de que la mayoría de contenidos emitidos en televisión no aporten nada de calidad y sean una pura estrategia comercial para ganar audiencia fácil. Bueno, sí, una pena, pero exceptuando TVE, el resto de canales son, eso: comerciales. Y por tanto libres de elegir su modelo de negocio y la imagen que con su programación quieren dar. Triste, pero justificado.

El problema viene, cuando uno no puede controlar la influencia que la televisión tiene sobre la sociedad. Cuando uno no es suficientemente maduro para distinguir el momento de ocio de la vida real. Cuando alguien deja de saber estar, cuando no sabe diferenciar entre lo que es adecuado y lo que no es... y nadie le para.
El escándalo llegó esta semana con la chiquillada de un quinceañero que pensó que el resto de jóvenes de Europa también están a nuestro nivel, y decidió imitar a Ylenia de Gandía Shore en el Parlamento Europeo de los Jóvenes. 


Antes de seguir comentando el suceso, y ya que se trata de menores, un tema delicado, me parece justo adjuntar el comunicado del instituto donde se justifica la intervención. En él se protege al chaval diciendo que todo se ha sacado de contexto, pues era una presentación informal entre los estudiantes, que la intervención real vino después, donde todo se hizo como es debido y que hasta recibieron felicitaciones. 

Al margen de si el nivel de inglés deja mucho que desear o no, lo que me da miedo es pensar que estos chicos están viendo programas de este tipo, sin que nadie les hable de hasta dónde uno puede llegar. Adolescentes de 15 años están adquiriendo la impresión de que beber hasta reventar, que salir de fiesta sin asumir las responsabilidades de un trabajo está bien. Y la escuela defiende el gesto como una chiquillada, sin darse cuenta de todo lo que hay implícito. La televisión no tiene por qué cumplir un papel de herramienta educativa, pero un instituto sí. España tiene un consumo medio de televisión de 272 minutos al día. Si eso es normal, apaga y vámonos. Si un estudiante de esa edad debería dormir 8 horas diarias, pasa otras 8 en el instituto, eso deja, descontando el consumo televisivo, entre tres y cuatro horas para que estudie, haga deporte y socialice. Mala media.

No olvidemos cuidarnos de lo malo. Que esté ahí, no quiere decir que tengamos que rendirnos a ello sin deliberar sobre si lo que hemos visto es transportable a la vida real. No dejemos de proteger a los que aún no saben discernir sin ayuda sobre estas cuestiones. Por lo que a mí respecta, el chaval no merece todos los insultos públicos que se le están haciendo. Simplemente necesita que le castiguen sin ver la televisión una temporada, hasta que le entre uso de razón. A él, o a los que le deberían haber explicado dónde se cruza la línea.

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