lunes, 26 de noviembre de 2012

Encendiendo la tele

Me compro una tele.
Me entero de que no basta con enchufarla a la corriente. Resulta que es necesario un cable de antena. Me cuesta más el cable de antena que la tele en proporción.
Le pongo al mando las primeras pilas que encuentro por la casa.
Las pilas están gastadas.
Por mucho que hinco mis dedos presionando más y más fuerte los botones, no consigo cambiar de canal. Y ahí me quedo, absorta ante un programa que ni siquiera quiero ver. Pero así es la tele. Tiene algo mágico que te atrapa aunque en un principio, no quisieras tragarte aquello que "te echan".
Mientras debato entre si debería cambiar de canal o no, pienso que tales imágenes que llegan a mi retina son dignas de ser parte de uno de esos comunes y acalorados intercambios de opiniones del día siguiente, cuando siempre hay algún embobado de la pantalla que también fue incapaz de cambiar de canal ante tal espectáculo.
Y entonces se me ocurre. ¿Y por qué no?
 
              ¡Un blog sobre tele!
 
Y aquí estoy arrancando, con la misma ilusión que me compré mi tele nueva.
Espero que todos los que decidáis seguirme en algún momento podáis disfrutar y encontrar una mirada interesante sobre este mundo fascinante y cambiante que es la televisión.
 
Gracias a todos de antemano.
 
¡Comencemos!
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario