martes, 27 de noviembre de 2012

Tu cara me chifla

No puedo evitarlo. Llega el lunes y poco tengo que pensar qué elegir. A pesar de que no vi prácticamente nada de la temporada pasada, y ni siquiera vi el arranque de la presente, desde que decidí echarle un ojo, no me pierdo ni una semana (con el consiguiente sueño durante el martes) este concurso que ya ha dado el salto internacional.

Carolina Cerezuela se despidió esta semana del programa por motivos evidentes.

Y es que con Tú cara me suena, mi salón se llena de color (a veces incluso excesivo, si al presentador le ponen una hortera chaqueta verde). Me divierto, me río, olvido los problemas por un rato. Esa función de la tele de hacer que se me derrita el cerebro, este programa lo cumple y lo supera con creces. Porque me siento integrada en un grupo de amigos, me siento incluída en sus bromas, como si las de mi cuadrilla se tratasen. Y me siento a gusto, cómoda. A veces sí, dan una increíble vergüenza ajena, lamentable. Pero oye, como nadie me está viendo, me puedo reír tranquilamente. Ellos se parten de risa, se alargan en las conversaciones, de repente Carolina se levanta como si nada porque le da un antojo de embarazada... Y te brindan guiños como preguntar a Mónica Naranjo si nació mujer. Leyenda urbana incluída, ale.  
 
Todo este desorden resultaría muy cansino si no fuera por el acierto de equilibrar a los participantes. Está el gracioso, el soso, la talentosa. Pero ninguno se calla. A su manera, cada cual aporta su parte, luciendo más o menos para el programa, pero ni siquiera el que recibe el eterno cuatro en las votaciones pasa desapercibido.
 
En esta ocasión se optó por una gala sobre Eurovisión. Pura metatelevisión. Fue su gala más vista hasta el momento. La ganadora fue Loreen. Perdón, Roko. Bueno, la artistaza. Para mi gusto merecido, aunque hubo otros que tampoco defraudaron. Y los que quizá nos aportaron un poco menos de disfrute durante las actuaciones, no pasa nada. Queda compensado con las bobaducas que vienen tras cada actuación. Un despropósito incapaz de volverse serio, ni siquiera cuando tratan de meterte a doblón la promoción de algún producto (algo que resulta sobremanera irritante, pero que si te lo anuncian cuan colega, es incluso menos ofensivo). 
 
 
Lástima que la brillantez de algunos momentos no puede mantenerse eternamente. Me desilusionó un poco la propuesta de imitaciones para la próxima semana: más de lo mismo. Pero bueno, seguro que el desparpajo que abunda entre ellos hará que la audiencia pueda pasar otro rato agradable junto a estos amiguetes de cara familiar...

3 comentarios:

  1. ¡YO DEFIENDO ESA CHAQUETA! Ríos de tinta han corrido acerca de la magia del blanco y negro proyectados en pantalla, grande o menor. Mas como dijera el poeta “nuestros ríos son las vidas que van a ninguna parte…”. A finales de la década de los sesenta se trataba de llegar más que de ir y las autoridades competentes optaron por el estándar PAL en detrimento de SECAM. De alguna forma había que agradecer a los germanos el “préstamo” (seguimos igual) de una unidad móvil en color a TVE para la retransmisión del festival de Eurovisión celebrado en Madrid. Y en 1975 comienzan a regularizarse las emisiones en color; que el blanco y negro por definición y a pesar de su magia es algo que tiene que ver con la escasez de luz y en muchos casos cuestión de pocas luces. Es el color la percepción visual que se genera en el cerebro de los humanos y otros animales. Reivindico aquí y ahora mismo programas televisivos aptos para tales. Pero nadie mejor que los poetas para pintar el mundo de colores. Sea Gabriela Mistral: “Azul loco y verde loco/ del lino en rama y en flor./ Mareando de oleadas/baila el lindo azuleador.// Cuando el azul se deshoja,/ sigue verde el danzador:/ verde-trébol, verde-oliva/ y el gayo verde-limón.// ¡Vaya hermosura!/ ¡Vaya el Color!”//. Ahí es nada; para gustos los colores. Algunos prefieren el verde, de luminosidad estridente. Otros, como el “Pájaro Azul” -con derechos reservados- eligen en la gama los más clásicos: “Quien me dijera/ Que el verde prado/ A donde estuvimos/ Ya se ha secado// Si ya se fueron/ Esos colores/ Será que saben/ Nuestros dolores?// Queriendo verlo/ De nuevo verde/ Verde esperanza/ Por que no vuelves?// Son solo versos/ Versos y suspiros/ Pues hace mucho/ Que tú te has ido.”//. Pero no nos desviemos que hoy el tema va de programas. Y si tanto monta monta tanto Isabel como Fernando, utilizo como se me antoja el mando. Uso también, a veces, la inteligencia y trato de optimizar el aprovechamiento del tiempo libre. Hay espectáculos brillantes a los que no puede uno dejar de asomarse bien sea de forma parcial aunque oportuna. En nuestro caso para evocar aquello de “érase un hombre a una chaqueta pegado”. Pero tal da que fuera chaqueta o pantalón… Es el color lo que se ve, lo que destaca, deslumbra… Es esa imagen imborrable la que perdura. Ni Rosa sin voz de Rosa, mucha Rosa; ni Peret, tapón con poca talla pero con mucho arte, ni el hombre-perchero digno aprendiz de presentador y artista permanecerán. Quedará únicamente la belleza de ese verde desprovisto de chaqueta. Nada que ver con otros programas para audientes puros o puristas, aunque alegren el ojo con charoladas hombreras cuajadas de lentejuelas y espejuelos. Hay programas en los que las chaquetas van por fuera y otros en los que las procesiones van por dentro. Sea ese verde, pleno de luz, el que justifique un 23% de audioVIDENCIA. “ESPEHADO”

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  2. Acertados comentarios, y de los que mucho se puede reflexionar.

    La primera verdad es la polémica que parece haber alrededor del blanco y negro. Parece que una obra cinematográfica es más arte si está en blanco y negro, pero que es algo antiguo, desfasado, digno de museo, y no comercial. Ni tanto ni tan poco. Ni el color es sinónimo de comercialidad, ni el blanco y negro es para culturetas. Casos bien recientes los encontramos en la oscarizada The artist, y ejemplo más cercano (que aún no he podido disfrutar, pero que debe de ser una maravilla) es la Blancanieves española de Pablo Berger (http://www.filmaffinity.com/es/film658540.html). Somos reticentes a la ausencia de color, pero creo que habrá pocos que tras dar una oportunidad a algo de Chaplin, o a una buena comedia pre-era del color, queden defraudados. Sin ir más lejos, mi comedia preferida, no tiene ni un ápice de color: Arsénico por compasión.

    Pero el mundo cambia, y los tiempos con ellos. Y como decía aquel anuncio, creo recordar que de un coche: "o te mueves o caducas". Y siempre queremos moderneces, innovaciones, que nos ofrezcan algo distinto en definitiva. Y esto ha sido así siempre. En la actualidad nos preocupa tener un desfasado iphone 4, si ya está en el mercado el iphone 5, pero ha habido épocas en las que los avances tecnológicos llegaban de forma más sosegada, y no a pares. En su momento fue la revolución del sonido, más tarde, como bien dices llegó el color. ¿Es bueno? ¿Es malo? Creo que ni uno ni otro. Simplemente los tiempos cambian, se abren puertas nuevas, algunas salen adelante y se implantan, y otras quedan en el más doloroso de los olvidos. Otras, ya ves, no cambian. "Seguimos con una unidad móvil en TVE", y con la nueva tendencia tendenciosa que parece estar marcando su nuevo director Somoano, no sería de extrañar, que vuelva el NODO. Quizá incluso a todo color. El NODO-COLOR, quizá. Mucho color, y pocas luces.

    La interesante propuesta de crear programas aptos para animales, nunca me la había planteado. Pero quizá ya existan, y no haga falta revisar demasiado a fondo las parrillas de las televisiones. A lo mejor no entendimos el concepto, y nos tragamos programas pensando que van destinados a nosotros, y son en realidad dignos de la bestia más salvaje. Eso explicaría muchas cosas. Y puede incluso, que si hubiera tragado menos programas de este tipo, fuese capaz yo también de citar con tanta facilidad a poetas y otros literatos.

    Mencionaré también que Isabel y Fernando, monten o no monten, son un éxito en TVE. Sus 4.342.000 espectadores del pasado lunes no pueden estar equivocados. Aunque el programa, dada su menor duración que el concurso de Antena 3, obtenga un share menor, ya que este sistema de medición de audiencia se calcula teniendo en cuenta que si un programa es capaz de mantener un número determinado de espectadores durante un periodo mayor de tiempo, consigue un porcentaje mayor. Vamos, que esos más de 4 millones durante hora y media, suponen menos porcentaje que 3 millones y medio durante 3 horas. Y me parece a mí bien, que la cadena pública apueste por ficción nacional, de temática nacional, y que de paso, entre batalla y líos de alcoba, pueda mostrarnos un poco como vivían nuestros ancestros, aquellos que por suerte, no tenían televisor.
    En cuanto a si la chaqueta es hortera o la nueva tendencia de esta primavera, creo que lo dejaré a un blog de moda.

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    1. Gracias por tu respuesta a mi comentario; leyéndote se aprende. Por la forma de expresarte veo que eres profesional o persona relacionada con los medios; tal vez estudiante, estudiosa o titulada en sistemas de comunicación audiovisual, en principio tradicionales. Este humilde servidor no pasa de ser un teleaudiovidente que tropezó con tu blog; con un mínimo de conocimientos para que no me sea aplicable aquello de que “una persona sin información es una persona sin opinión”. Además me gusta escribir, crear por medio de las palabras; poner “negro sobre blanco” que repetían hasta la saciedad en la radio antes del último cambio gubernamental. No me gusta polemizar y por ello pido públicamente disculpas si de mi comentario pudiera deducirse lo contrario. Lo que más me gusta es aprender: oír/escuchar, ver/observar, leer/informarme… Con tal finalidad, en ocasiones, suelo hacer de “abogado del diablo”: relato vivencias, introduzco temas de debate, doy opiniones para una puesta en común… Todo menos pretender tener siempre razón o creerme en posesión de la verdad (ésta normalmente es plural aunque no lo parezca). ¿Prefiero el color al blanco y negro? No olvidaré fácilmente King Kong, Viridiana, Calle Mayor, El gran dictador, etc.; aunque siga intacto en mi retina el verde de aquella chaqueta. En fin, ante el NODO abría más los ojos que la boca, tal vez por escepticismo. Como decía un compañero de curro o currelo “hay que viajar más y leer menos (o ver menos NODO). Y soy conformista: confío en que tal como están las cosas no nos Sodomoanicen cualquier día. Acerca de programas para seres inteligentes consultaré a mi perro. Y un consejo: reparte el tiempo entre la tele y la radio y podrás aprender en un programa vespertino (no preguntes por Toni Garrido) que “Nunca es tarde”. Por lo de la prenda de marras no te preocupes, repito, al final lo que queda es el espíritu de la chaqueta: una diáfana mancha, minúsculas partículas de brillante verde. Con esto pasa como con lo que simbolizan los protagonistas de la serie de TV1; ya sabes, “De Isabel… y Fernando… el “espíiiiritu_impera…” Lo que no sé, ya metidos en mediciones, qué tanto por ciento del putiferio patrio cree ya en simbolismos. Un placer haberte leído, guardaré la URL y si dispongo de tiempo aprenderé con tus artículos.

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